Un diseño estratégico para el aprendizaje. El profesor pasa a ser un guía y el aula se convierte en un contenedor de posibilidades organizativas donde aprender en colaboración con otros. Un espacio volcado a un patio el que el gran protagonista es el pavimento, donde se funden diseño y funcionalidad.
LOCALIZACIÓN | Málaga
SUPERFICIE | 370 m2
Colegio San José, Fundación Loyola
Constructora Verosa
Fotografía Lolo Mestanza
CATEGORÍA | diseño interior, diseño de interiores, interiorismo, diseño de colegio, interiorismo de aulas, interiorismo de colegio, diseño aulas cooperativas, interiorismo aula cooperativa, diseño educacional, arquitectura educacional, arquitectura, arquitectura interior, diseño de espacios, diseño de espacios educativos, diseño de suelo colegio, espacios colaborativos.
Después del diseño realizado para las aulas cooperativas del colegio San José el curso pasado para quinto de primaria y primero de secundaria, vuelven a ponerse en nuestras manos con el objetivo de llevar a cabo el interiorismo para el aprendizaje de otra de sus aulas. En este caso, el aula para segundo de secundaria. Un espacio con mucho potencial por su relación directa con uno de los patios del edificio.
El colegio San José (Fundación Loyola) se trata de un centro dividido en dos edificios. En él, se imparte docencia desde infantil hasta formación profesional, pasando por primaria, secundaria y bachiller.
En los últimos años, y con la experiencia de otros colegios de la fundación, el colegio San José ha virado hacia nuevas metodologías de enseñanza.
Estas consisten en implantar modelos de aprendizaje basados en la cooperación, el trabajo en equipo y en la adquisición de conocimientos a través de proyectos y resolución de problemas. Todo ello incorporando la tecnología como herramienta. Un modelo de docencia en el que desaparece la clase magistral y estática.
El profesor pasa a ser un guía abanderando el fomento de la creatividad y la innovación desde el centro
Estas nuevas formas de enseñanza requieren de espacios con unas características específicas para desarrollarlas. Un diseño para el aprendizaje que sirve de apoyo e impulso a las metodologías actuales.
En una primera fase, el objetivo fue que las bases del diseño de aula surgiesen a partir de un taller de co-creación. Por ello, se organizaron diferentes sesiones colaborativas con el equipo directivo y docente del centro.
En ellas se conocieron de primera mano sus necesidades y objetivos, junto con los errores y aciertos de otros colegios, ya adaptados espacialmente a las nuevas metodologías.
Tras conocer cómo quería ser el colegio en el soñado», se esbozó una hoja de ruta de las modificaciones espaciales a realizar a lo largo del tiempo con todos los espacios del centro.
Además, se analizaron las necesidades específicas del diseño para el aprendizaje de las aulas cooperativas en cuestión.
Como resultado, se determinaron los lugares específicos donde situar las aulas cooperativas. En una primera fase, se diseña un aula de quinto de primaria y un aula de primero de secundaria.
Y en esta segunda fase, se diseña el aula cooperativa para sexto de primaria y el aula de segundo de secundaria, que se muestra a continuación.
El espacio de partida eran varias aulas tradicionales compartimentadas, donde la primera intervención fue convertirlas en un espacio único de mayores dimensiones.
Además, el aula de primero de eso y segundo de eso se agrupan en torno a un patio central, que se convierte en prolongación del aula.
Se propuso un diseño de aula que permitiese un espacio flexible y adaptable, en el que el grueso del almacenaje quedase en el perímetro, dejando el resto del espacio diáfano. Un espacio abierto que permite diferentes soluciones organizativas a través del mobiliario y del tabique móvil.
En el aprendizaje cooperativo, cada actividad o dinámica puede suponer un cambio de agrupación de alumnos, y por tanto, de mobiliario.
Las mesas están diseñadas para generar agrupaciones diversas. Desde un uso individual hasta agrupaciones en círculo o en hilera de más y menos alumnos. Son apilables y pueden retirarse para disponer del aula despejada.
El tabique móvil consigue insonorizar las aulas dividiendo el espacio diáfano en dos aulas más pequeñas equipadas exactamente igual. Cada una de ella cuenta con lavabos, una pantalla digital móvil, gradas y sala polivalente o de apoyo.
En contraposición a lo abierto y móvil, un espacio estático de apoyo. El espacio “pecera” que, aunque separada, no interrumpe la percepción de continuidad debido a sus divisiones acristaladas.
Una sala de usos múltiples destinado a posibles pruebas orales, clases de refuerzo, reuniones con alumnos y/o padres, mediación, atención personalizada, audiciones, etc.
Por su parte, la mesa del profesor desaparece. Éste dispone de un asiento y un atril de apoyo que puede desplazar a cualquier punto del aula.
Un modelo que convierte al profesor en un guía que se desplaza entre sus alumnos. El aula resulta ser un contenedor de posibilidades organizativas donde aprender en cooperación.
En un espacio abierto cuyo uso está pensado para unas sesenta personas, cobra importancia el control acústico.
El techo de virutas, el panelado de las paredes, el aislamiento del tabique móvil y el gran protagonista: el pavimento, consiguen absorber los ruidos con eficacia.
Para generar un ambiente estéticamente agradable, además de confortable, se decidió potenciar el diseño de un pavimento que contrastase dentro de un contenedor neutro.
El objetivo fue fundir diseño y practicidad dentro de un mundo de posibilidades organizativas.
En cuanto al diseño, toma especial protagonismo el uso del color y formas geométricas básicas. Circunferencias, líneas rectas, curvas abiertas y rectángulos en un juego de superposiciones que, aunque a priori pueda parecer arbitrario, sigue unos patrones establecidos.
La geometría y el color se mezclan para establecer las “reglas del juego” de ese aprendizaje colaborativo. El “campo de juego” funciona como guía para las diferentes posibilidades de agrupaciones que el mobiliario elegido permite. Facilitando así la labor de docentes y alumnos para organizarse.
A su vez, el vínculo directo de apertura hacia el patio confiere una cualidad extra que aporta ese contacto de los alumnos con el espacio exterior.
Las aulas de primero y segundo de ESO quedan agrupadas en torno al patio, convirtiéndose en un espacio lleno de vida que funciona como prolongación del aula.
Un interiorismo para el aprendizaje que acompaña, a través del color y las formas, el ambiente enérgico, fresco, dinámico y joven siempre presente en un colegio.
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