Un diseño estratégico para el aprendizaje. El profesor pasa a ser un guía y el aula se convierte un contenedor de posibilidades organizativas donde aprender en colaboración con otros. Un espacio en el que el gran protagonista es el pavimento, donde se funden diseño y funcionalidad.
LOCALIZACIÓN | Málaga
SUPERFICIE | 370 m2
Colegio San José, Fundación Loyola
Constructora Verosa
Fotografía Lolo Mestanza
Sesión colaborativa con docentes Diego Tomé
CATEGORÍA | diseño interior, diseño de interiores, interiorismo, diseño de colegio, interiorismo de aulas, interiorismo de colegio, diseño aulas cooperativas, interiorismo aula cooperativa, diseño educacional, arquitectura educacional, arquitectura, arquitectura interior, diseño de espacios, diseño de espacios educativos, diseño de suelo colegio, espacios colaborativos.
El Colegio San José en Málaga decide adaptar sus espacios a las nuevas metodologías de enseñanza que ya están poniendo en práctica en sus aulas. Surge un nuevo reto de diseño para el aprendizaje, que parte de un profundo análisis del centro y su idiosincrasia.
Por la complejidad que esto supone en un centro de grandes dimensiones, deciden comenzar por crear dos aulas cooperativas. Una de ellas para quinto de primaria y esta para primero de secundaria.
El colegio San José (Fundación Loyola) se trata de un centro dividido en dos edificios. En él, se imparte docencia desde infantil hasta formación profesional, pasando por primaria, secundaria y bachiller.
En los últimos años, y con la experiencia de otros colegios de la fundación, el colegio San José ha virado hacia nuevas metodologías de enseñanza.
Las nuevas metodologías suponen un nuevo reto en el diseño de espacios educativos
Estas consisten en implantar modelos de aprendizaje basados en la cooperación, el trabajo en equipo y en la adquisición de conocimientos a través de proyectos y resolución de problemas. Todo ello incorporando la tecnología como herramienta. Un modelo de docencia en el que desaparece la clase magistral y estática. El profesor pasa a ser un guía abanderando el fomento de la creatividad y la innovación desde el centro.
En una primera fase, el objetivo fue que las bases del diseño de aula surgiesen a partir de un taller de co-creación. Por ello, se organizaron diferentes sesiones colaborativas con el equipo directivo y docente del centro.
En ellas se conocieron de primera mano sus necesidades y objetivos, junto con los errores y aciertos de otros colegios, ya adaptados espacialmente a las nuevas metodologías.
Tras conocer cómo las premisas del «colegio soñado», se esbozó una hoja de ruta de las modificaciones espaciales a realizar a lo largo del tiempo con todos los espacios del centro.
Además, se analizaron las necesidades específicas del diseño para el aprendizaje de las aulas cooperativas en cuestión.
Como resultado, se determinaron los lugares específicos donde situar las dos primeras aulas cooperativas.
En esta primera fase, se diseña un aula de primaria y otra de secundaria. A continuación, podarás conocer al completo el diseño del aula realizada para primero de secundaria.
El espacio de partida eran varias aulas tradicionales compartimentadas, donde la primera intervención fue convertirlas en un espacio único de mayores dimensiones.
Se propuso un diseño de aula que permitiese un espacio flexible y adaptable, en el que el grueso del almacenaje quedase en el perímetro, dejando el resto del espacio diáfano. Un espacio abierto que permite diferentes soluciones organizativas a través del mobiliario y del tabique móvil.
En el aprendizaje cooperativo, cada actividad o dinámica puede suponer un cambio de agrupación de alumnos, y por tanto, de mobiliario.
Las mesas están diseñadas para generar agrupaciones diversas. Desde un uso individual hasta agrupaciones en círculo o en hilera de más y menos alumnos. Son apilables y pueden retirarse para disponer del aula despejada.
El tabique móvil consigue insonorizar las aulas dividiendo el espacio diáfano en dos aulas más pequeñas equipadas exactamente igual.
Cada una de ella cuenta con lavabos, una pantalla digital móvil, gradas y sala polivalente o de apoyo.
A su vez, las gradas también son móviles pudiendo ser desplazadas fácilmente para usarlas como ágora, lugar de reunión o presentaciones de proyectos. Además, su diseño incorpora huecos para almacenaje.
Por otro lado, se incluye un remate imantado para el zócalo panelado de madera, donde los alumnos pueden colgar trabajos o cualquier documento que quieran tener a la vista.
En contraposición a lo abierto y móvil, un espacio estático de apoyo. El espacio “pecera” que, aunque separada, no interrumpe la percepción de continuidad debido a sus divisiones acristaladas.
Una sala de usos múltiples destinada a posibles pruebas orales, clases de refuerzo, reuniones con alumnos y/o padres, mediación, atención personalizada, audiciones, etc.
Por su parte, la mesa del profesor desaparece dentro del aula. Éste dispone de un asiento y un atril de apoyo que puede desplazar a cualquier punto del aula.
Un modelo que convierte al profesor en un guía que se desplaza entre sus alumnos. El aula resulta ser un contenedor de posibilidades organizativas donde aprender en cooperación.
En un espacio abierto cuyo uso está pensado para unas sesenta personas, cobra importancia el control acústico.
El techo de virutas, el panelado de madera de las paredes, el aislamiento del tabique móvil y el pavimento, consiguen absorber los ruidos con eficacia.
El gran protagonista de este diseño para el aprendizaje es el suelo, donde se unen funcionalidad y estética. Para ello, se decidió potenciar el diseño de un pavimento que contrastase dentro de un contenedor neutro.
El objetivo fue fundir diseño y practicidad dentro de un mundo de posibilidades organizativas.
En cuanto al diseño, toma especial protagonismo el uso del color y formas geométricas básicas. Circunferencias, líneas rectas, curvas abiertas y rectángulos en un juego de superposiciones que, aunque a priori pueda parecer arbitrario, no lo es.
La geometría y el color se mezclan para establecer las “reglas del juego” del aprendizaje colaborativo. El “campo de juego” funciona como guía para las diferentes posibilidades de agrupaciones que el mobiliario elegido permite. Facilitando así la labor de docentes y alumnos para organizarse, y agilizando las dinámicas del aula.
La transparencia entre el aula y el resto de espacios educativos se convierte en una premisa del proyecto. Para ello, las aulas se cierran con mamparas acristaladas hacia las galerías del centro. El límite del aula se vuelve difuso y la relación interior y exterior se funden.
Una forma más, de transmitir al centro el cambio de metodología e innovación en sus instalaciones.
Los accesos a las aulas se marcan con un color de acento, que permiten al alumnado y a cualquier visitando situarse dentro de la inmensidad del centro.
Un juego sencillo, colorido y funcional que aporta dinamismo a los recorridos del colegio.
Un diseño para el aprendizaje que acompaña, a través del color y las formas, el ambiente enérgico, fresco, dinámico y joven siempre presente en un colegio.
Si te ha resultado interesante este proyecto, puedes ver el resultado del aula cooperativa de primaria para este mismo colegio aquí.